Estimúlate: Tras un día duro cuesta conseguir el humor necesario para meterse en situación, por lo que puedes acudir al uso de un gel estimulante. Verás que el resultado es fantástico y que incluso puede ayudarte a conseguir los mejores orgasmos que jamás hayas experimentado.
Escribe un relato erótico: Escribe nada más levantarte los sueños que hayas tenido, aunque sólo sean detalles o sensaciones lo que recuerdes. Si no consigues recordar nada de nada, simplemente inventa unos personajes y hazles vivir fantasías salvajes. Luego asegúrate de dejar el relato en algún sitio donde tu pareja lo encuentre fácilmente.
Vuelve al instituto: Airea tu viejo uniforme escolar, o cómprate uno. No te pongas ropa interior y cambia los calcetines por medias hasta la mitad del muslo. Vístete así mientras paseas por la casa, conseguirás que tu pareja no pueda dejar de mirarte.
Toma el control: Quítale la ropa y átalo a una silla o a la cama. Hazle lo que tu quieras: desnúdate ante él, juguetea con tu lengua por todo su cuerpo… haz de todo, menos aquello que él te pida. Que sepa que eres tu la que manda en ese momento y que él está a tu merced. En próximas ocasiones podeís intercambiar los papeles.
Tómate la noche libre: Enciende velas perfumadas y sorpréndelo en la puerta llevando tan solo un collar de perlas y dos copas de champagne. Pasen la tarde desnudos comiendo ostras y chocolate con fresas, y bebiendo vino o champagne. ¡Llena la noche de afrodisíacos!.
No te preocupes acerca de cómo lo hace todo el mundo. Unos son mejores, otros peores, otros iguales; lo cierto es que cada cual es único y lo hará diferente. Así que tranquilízate y disfruta lo mejor de ti. Respeta y disfruta la singularidad de tu sexualidad.
Recuerda que esta es la vida real de manera que acepta el sexo tal como venga. No siempre tiene que ser explosivo para que lo podamos disfrutar.
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